El satélite ROSAT casi cae sobre Beijing.
Concepción artística del ROSAT. (Fuente: DRL). |
El 23 de octubre de 2011 se producía el reingreso sin control del satélite astronómico alemán ROSAT, generando un importante revuelo a nivel mundial ante la eventualidad de que los restos del mismo se precipitaran sobre zonas pobladas. Precedido por el reingreso del pesado y mucho más mediático UARS, este satélite tenía una masa de unos 2426 kg, es decir no se trataba de un satélite muy pesado. Sin embargo estaba constuído con materiales muy resistentes que sobrevivieron a la reentrada y que causaron preocupación. El ROSAT (RÖntgen SATellit) era un observatorio astronómico de raxos X, fue lanzado en 1990 y nueve años después terminó su misión. A partir de ese momento el satélite, desprovisto de sistemas de autoimpulsión, quedó a la deriva y sujeto al lento rozamiento con las capas superiores de la atmósfera que frenado mediante, disminuían año a año la altitud inicial del satélite, de unos 585 x 565km.
Trayectoria final del ROSAT, según el Centro Aeroespacial Alemán (DRL). (Ampliar) |
La preocupación con respecto al ROSAT residía en las estructuras que componían y daban sustento estructural al telescopio de rayos X que tenía una masa de unos 1600 km. Dicha estructura estaba compuesta por fibra de carbono, material con una gran resistencia mecánica y térmica. En efecto se estima que un total de unas 30 piezas que sumaban una masa total de unos 1400km se precipitaron sobre nuestro planeta. La noticia que se conocía el 23 de octubre pasado situaba la zona de impacto en el Océano Indico (7°N, 90°E), de manera que se estimó como una reentrada no peligrosa, a pesar de tratarse de un ingreso sin control.
Sin embargo recientes declaraciones de Manfred Warhaut, jefe del centro de operaciones espaciales de la ESA (ESOC) situado en Darmstadt Alemania, dan a conocer que la posibilidad de que los restos del ROSAT se precipitaran sobre la capital de China Beijing fueron muy altas. La mencionada ciudad se encontraba al final de la trayectoria orbital que los modelos utilizados para determinar la zona de impacto del ROSAT habían previsto. Habitualmente entre un 20 y 40 por ciento de la masa total de los satélites hace impacto en tierra. En este caso el porcentaje fue de un 60, debido a las peculiares características del telescopio de rayos X. Si el reingreso hubiese ocurrido entre 7 y 10 minutos después la trayectoria de los restos estaba en orientación directa a Beiging, vastísima ciudad que cuenta con unos 20 millones de habtitanes.
Esta eventualidad no se produjo, pero sin dudas hace pensar en la creciente problemática que el reingreso de satélites y otros objetos artificiales plantea.
En el siguiente video se recrean los instantes finales del ROSAT:
[Vía: Space Safety Magazine]
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