Así va a terminar el Mundo... [1929].
En esta suerte de infografía que apareció en Modern Mechanics, en 1929, se especula acerca de cómo sería el fin de la Tierra: la Luna se "precipitaría" inexorablemente sobre nuestro planeta y las consecuencias de ese impacto serían evidentes. Si bien en la revista se menciona que 'así es como los científicos que estudian la Luna piensan' que será el mencionado evento, no hay fuentes citadas de tal especulación científica, lo cual no solo es malo sino poco interesante.
En la imagen 1 se menciona correctamente que la distancia entre la Luna y la Tierra aumenta. En efecto, actualmente se estima que la separación es de unos 3,8 cm por año. Luego la imagen nos dice que progresivamente este alejamiento se reducirá y el sistema Tierra-Luna orbitaria entorno a un centro de masas ubicado en un punto entre la Luna y la Tierra, pasando de ser un sistema planeta-satélite a un sistema similar a un planeta doble. La diferencia entre ambos tipos de sistemas es donde se ubica el centro de masas del mismo. Actualmente el centro de masas del sistema Tierra-Luna se ubica en la Tierra. Luego de esa etapa la Luna se "precipitaría" sobre nuestro planeta y ahí la cosa se terminaría.
Esto motiva una interesante reflexión: el equilibrio orbital del sistema Tierra-Luna es una de las claves para explicar la existencia y continuidad de las formas de vida en nuestro planeta, independientemente de su origen. Dejando de lado esta última cuestión, la Luna estabiliza la oblicuidad de la eclíptica, es decir el ángulo que forma el eje de rotación de la Tierra con respecto al plano de la eclíptica. Este ángulo, actualmente de unos 23º 26' 16'', es el responsable de la existencia de las variaciones estacionales de nuestro planeta. Este aspecto está directamente relacionado con las variables climáticas que posibilitan la existencia de formas de vida conocidas y sobretodo, su continuidad. A pesar de que este ángulo disminuye a causa de la nutación, es un proceso estable en el corto plazo si consideramos la existencia de la raza humana sobre la Tierra. El valor actual de la oblicuidad expresa un comportamiento regular, es decir lineal, y por lo tanto predecible.
Si nuestro planeta no tuviera un satélite como la Luna la estabilidad de la oblicuidad estaría comprometida y entonces el parámetro de la oblicuidad sería caótico, es decir no lineal y entonces la regularidad climática en la Tierra sería imposible. La existencia valores estables en la oblicuidad orbital de un planeta es un parámetro clave para posibilitar el surgimiento y continuidad de formas de vida.
Por lo tanto, y dando rienda suelta a la especulación que la imagen de 1929 nos plantea, es altamente probable que la vida en la Tierra estuviera comprometida mucho antes de que la Luna chocara contra nuestro planeta. No sólo por el dramático cambio climático que produciría una rotación caótica de la Tierra, sino quizá también por la variación en el régimen de mareas. En efecto, la vida en la Tierra es un parámetro extremadamente frágil, dependiente de numerosos y específicos parámetros. Aquellos factores que dependen únicamente de la acción humana son los que deben preocuparnos prioritariamente, para no ser nosotros quienes arruinemos nuestra único y delicado hábitat.
[Vía: Modern Mechanics]
La Luna no es Hiperión.
Comentarios
En todo caso, un artículo muy interesante.
Un saludo!
Xerman: lo que señalas es formalmente correcto. Simplemente quise debilitar la hipótesis mediante la suposición de que las formas de vida necesariamente deberán ser como la biología, bioquímica y biofísica actualmente nos los muestran. Además de las condiciones dadas por el rango de temperaturas y el clima terrestres.
Gracias por los comentarios, un saludo!.