Palabras mas, palabras menos





 En las últimas horas ha trascendido que el juramento tomado ayer al Presidente de los EUA Barack Obama fue nuevamente realizado dado que en la ceremonia inaugural el Presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, y el propio Obama cometieran un error en el momento de toma de la declaración. La repetición de este acto fue sugerida por constitucionalistas de los EUA por precaución según se informa.

 Esta anécdota, marginal con respecto al hecho político, además de ser una nota de color obligada en prácticamente todos los medios de prensa mundiales, me ha hecho acordar otra circunstancia prácticamente idéntica, que involucra a otro ciudadano norteamericano en otra también circunstancia de alta significación histórica. Este año se cumplirán 40 años de la llegada del Hombre a la Luna.

 En aquella circunstancia, el primer ser humano en pisar suelo lunar el astronauta norteamericano Neil Armstrong pronunció unas breves e inolvidables palabras que han quedado inevitablemente asociadas a esta gesta histórica: "Un pequeño paso para el hombre, un salto gigantesco para la Humanidad" "That´s one small step for man, one giant leap for Mankind".

  Sabido es que en esos momentos Armstrong cometió un pequeño error al olvidar pronunciar el articulo "a", con lo que sus palabras originales, y sus respectivas traducciones suenan tal como se han trascrito más arriba, en vez de decir: "Un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la Humanidad", "That´s one small step for a man, one giant leap for Mankind".

 De todas maneras a nadie se le ocurrió pensar que eso desmerecía el logro de llegar a la Luna, mucho menos de invalidar el alunizaje, como podría haber sucedido en el caso del juramento de Obama. Más tarde se logró regrabar la voz de Armstrong para poder obtener una versión oficial de la misma. Pueden leer la crónica de este hecho aquí, y ver los vídeos que registran estos hechos y que se reproducen al final de este post. En particular en el caso de Armstrong se puede escuchar claramente, creo, sus palabras originales, a 300.000 kilómetros de distancia.
  
  A veces suceden cosas como estas, o sin duda mucho peores como quedarse sin nada que decir. Pero sin duda refuerzan notablemente la anécdota histórica, que en este caso es toda una coincidencia. Suele suceder. Creo entonces, que he cumplido con la cuota infaltable de Obamanía, que en estas horas ha sido enfocada desde diversas perspectivas en la blogósfera.







 

Comentarios

Diego Córdova ha dicho que…
Hola Gabriel, encantado de conocer tu blog.

Es sabida la anécdota de Armstrong pero, por mucho tiempo, el primer hombre en la Luna no quería dar el brazo a torcer. Siempre dijo que pronunció la frase correctamente pero que la estática en la comunicación tapó el "a".
Sea como sea eso no iba a invalidar el acto de poner un pie en la Luna...

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