Probando un escudo térmico inflable para misiones interplanetarias.
El pasado 23 de julio la NASA probó exitosamente en un vuelo suborbital el IRVE-3, el más reciente de los prototipos de desarrollo de escudos térmicos inflables. Estas novedosas tecnologías son posibles gracias al desarrollo de nuevos materiales, que prometen aportar innovaciones muy importantes en materia aeroespacial: la reducción drástica del peso muerto de los masivos escudos térmicos convencionales, con el correspondiente aumento de la carga útil .
En el video podemos apreciar el más reciente test en tierra de estas novedosas tecnologías:
Se trata de la prueba en tierra del LDSD: Low-Density Supersonic Decelerator, un escudo térmico inflable concebido para la entrada en la atmósfera de Marte. El LDSD significará un avance muy importante ya que está concebido para aumentar significativamente la masa de un futuro robot marciano. El robot Curiosity con sus casi 900 kg es la mayor carga puesta sobre la superficie de marciana, y eso se realizó gracias a un complejo y crítico sistema de aterrizaje. Mediante mecanismos como los probados con el LDSD se podrá aumentar la carga a depositar en Marte, de aproximadamente una tonelada a unas 2-3 toneladas. Se podrá duplicar la carga útil disponible para la exploración de Marte y además mejorar la precisión del futuro aterrizaje llevando el margen de error de los actuales 10 km a unos 3 km.
Estas pruebas se realizaron los pasados 10 y 24 de octubre y 6 de noviembre cumpliéndose todas las etapas previstas y tuvieron lugar en las instalaciones de la Armada de los EUA en China Lake, California.
Estos escudos deberán servir para desacelerar velocidades mayores a Mach 3,5 a Mach 2. A partir de esta etapa se utilizarían paracaídas, como tradicionalmente se realiza con las sondas planetarias marcianas. El diámetro estimado de este futuro escudo es de unos 6 a 9 metros de diámetro. El test de estos sistemas se deberá prolongar durante todo 2013 y se espera que para 2014 se realicen las pruebas supersónicas de este escudo que deberá estar disponible para 2018. Sin dudas se trata de todo un desafío técnico ya que aún falta demostrar estas tecnologías para el reingreso a Tierra a partir de velocidades orbitales. Por ahora estos tests han sido exitosos, y es de esperar que se siga avanzando en esta prometedora nueva tecnología que tiene la mira puesta en una futura y aún lejana exploración tripulada del planeta rojo.
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